Enfrentarse a una juicio no es agradable y menos cuando uno de los acusados eres tu. Durante la vida profesional de un aparejador nos hemos visto y quizás nos veremos en esas circunstancias, dado que no siempre depende de tu buen hacer el que resultes señalado por ser el responsable de alguna deficiencia, accidente o error durante la ejecución y vida de una construcción.
Nuestra responsabilidad en la obra y nuestras decisiones quedan ocultas cuando la ejecución de la obra sigue sus pasos sin ninguna incidencia, es cuando existe algún error donde somos señalados por los implicados, con o sin razón, eso lo ha de determinar el juez. Es por ello que debemos hacer nuestro trabajo con la mejor de las diligencias y además tenerlo documentado. El libro de órdenes es la principal de nuestras herramientas en una obra, para que nuestras indicaciones en la obra se cumplan. Todo constructor o promotor conoce la importancia de indicar en el L.O. una deficiencia en la seguridad o cómo, el caso que me trae a escribir esta entrada, el uso de un material inadecuado, en ocasiones nosotros lo olvidamos.
Durante la ejecución de una vivienda unifamiliar el promotor propuso cambiar el material de acabado de la fachada, inicialmente estaba proyectado con un aplacado de piedra en todas las fachadas del inmueble, debido al alto coste de ejecución que esto suponía se optó por realizar el treinta por ciento de la fachada según estaba proyectado y el resto con un monocapa “novedoso”, no quisiera citar marcas pero básicamente era un yeso con aditivos y un acabado de pintura. Yo ante el mi desconocimiento del material delegue en el aplicador y su experiencia con este producto. Este fue mi error, conocido es lo inadecuado que resulta la utilización de yeso en paramentos exteriores, pero tanto el promotor, el arquitecto como yo mismo dimos por bueno el empleo de este “novedoso” material. Al poco de finalizada la obra recibí una denuncia por el gran deterioro de la fachada y por ello he sido juzgado junto con el aplicador.
El resultado del juicio está por salir pero a mi que ha quedado claro que en estas circunstancias es necesario indicar en el libro de órdenes que se utiliza un material inadecuado, esto habría sido el argumento más convincente en mi defensa.
