Al hilo de mi anterior post sobre la Mesa del Patrimonio en Elche, quisiera hacer unas reflexiones.
En primer lugar he de reconocer el interés de la corporación municipal por el patrimonio ilicitano, desde la llega al gobierno municipal han sido varias las acciones tomadas en favor de la puesta en valor del patrimonio local.
De todos son conocidos los dos patrimonios de la Humanidad que han sido señalados por la UNESCO, el Misteri d´Elx y el Palmeral. No es tan nombrado y sabido por la población que en nuestro campo, en la pedanía de Pusol, existe un pequeño colegio que fue incluido por la UNESCO, en octubre de 2009, en el Registro de Prácticas Ejemplares una clasificación que se inauguraba con cuatro menciones, una de ellas al grupo humano que forman el Colegio de Pusol, en esa fecha. Esto hace única a la ciudad de Elche, que es de las pocas, sino la única a nivel mundial, con tres reconocimientos UNESCO. Es poco conocido el Registro de Prácticas Ejemplares y ha de ser más valorado porque que pretende señalar las prácticas que permiten la salvaguarda del patrimonio inmaterial. Recordemos que el Misteri está incluido como patrimonio inmaterial de la Humanidad y muy orgullosos nos sentimos los ilicitanos con ello.
La Mesa del Patrimonio tiene la intención de que personas, asociaciones, organismos, empresas y en general el que quiera participar en la identificación de todo el patrimonio ilicitano tenga esta puerta abierta a hacerlo. La mesa es multidisciplinal y transversal donde aglutinar los esfuerzos públicos, privados y particulares por identificar, catalogar, proteger y salvaguardar aquello que los ilicitanos quieran que lo sea. Es en ello, “lo que los ilicitanos quieran” donde he de mostrar mi primer pero, porque la participación ciudadana es muy positiva, pero hasta el momento no he visto que desde el ámbito de la política esa participación se utilice para lo que los ciudadanos piden, más bien para lo que los políticos consideran es mejor hacer. En la presentación de la Mesa se mostró que la concejalía de Turismo es la “omnipresente”, está siempre presente, permea todas las categorías, parece que la rentabilidad turística y con ello económica ha de ser el criterio por el cual el patrimonio ha de ser valorado. El turismo no es bueno ni malo, pero sí, es importante los efectos que provoca, económicos, ecológicos y culturales en los lugares que se implanta. Ha de ser muy importante la orientación que le demos para atraer a los turistas, no es lo mismo el turismo de Lloret de Mar que el de Cuenca. La orientación turística debe tener las premisas de la salvaguarda de nuestro patrimonio, para que este quede protegido, no por ello inmovil, aislado, como en una urna, y a la vez conocido y difundido, eso que tanto decimos de puesto en valor. Por ello cuantos más ilicitanos estemos implicados, atentos y vigilantes para que el patrimonio que es de todos se valore y proteja según consideremos.
